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Mikel nació en Venecia en el año 1666. Único heredero de un rico comerciante de la baja noblesa veneciana, tenía un futuro prometedor. Sin embargo, el destino cambió su suerte y a los 12 años de edad la vida de Mikel cambiaría radicalmente. El joven heredero se encontraba jugando entre los barriles de vino de uno de los barcos de la flota mercante perteneciente a su familia cuando el barco, ignorando la presencia del niño, elevó anclas y se hizo a la mar. Todo hubiera marchado bien de no ser por las numerosas naves piratas que surcaban el Mediterráneo en aquellos tiempos.

La nave de su padre fue abordada y tomada por los piratas. La tripulación fue lanzada al mar sin piedad alguna por parte de los malhechores y, salvo por Mikel, nadie sobrevivió al ataque. Por alguna extraña razón, el capitán llamado Solymar, encontró simpático al crío y decidió conservarlo con ellos para educarlo como a su futuro sucesor al mando de los piratas. Así, Mikel de Ferro fue criado y educado por los piratas hasta los 16 años en que Solymar y sus hombres fueron abatidos por la flota Genovesa.

A partir de ese momento Mikel de Ferro permaneció en tierra. Ayudado por sus delicados modales y la refinada educación que recibió durante su primera infancia; así como por los trucos y supercherías aprendidos de los piratas, Mikel encontró sencillo salir adelante como estafador y asesino a sueldo. Con el paso de los años el joven estafador y asesino fue amasó una pequeña gran fortuna. Sin embargo, el deseo de poder y la ambición le cegaron y no pudo evitar recurrir a cualquier medio para aumentar tanto su poder como sus riquezas.

Por lo anterior, Mikel de Ferro decidió pactar con un demonio llamado Mefistófeles y ofreció sus servicios por la eternidad a cambio de mayor poder. Siendo así, el demonio dotó al joven de varios objetos mágicos como un certero, arco demoníaco; una impenetrable, legendaria cota de cuero; y una encantada, brújula dorada que le guiaría hacía las riquezas mediante su calor. A cambio de todo esto Mikel de Ferro ofreció servir a Mefistófeles a partir del próximo eclipse.

Los años pasaron y Mikel de Ferro se convirtió en uno de los hombres más ricos y temidos del Sur de Italia. Con una sola mirada de sus gélidos ojos verdes cualquier hombre se doblegaba y en su casa nunca faltaban lujos y diversiones hasta el tan temido día del eclipse. Mikel de Ferro se encontraba disfrutando de una buena comida cuando repentinamente el cielo se oscureció, el joven miró al sol y se encontró con su destino. el señor de Ferro tan sólo sintió como sus pies y sus brazos eran encadenados por unas tobilleras y unas braceras demoníacas mientras sus ojos verdes quedaban vendados para siempre por una banda infernal, una banda de pesadillas similar a la que envuelve a su cuerpo desde aquel día. Ahora Mikel de Ferro se encuentra al servicio de Mefistófeles quien lo tiene como a su arquero, ha quedado cegado por su ambición y sólo puede encontrar a sus victimas gracias a la misma brújula que le obsequió el demonio.