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Posted: Tue Mar 13, 2012 6:57 pm
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Posted: Tue Mar 13, 2012 7:13 pm
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Posted: Tue Mar 13, 2012 7:19 pm
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Posted: Tue Mar 13, 2012 7:35 pm
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Posted: Tue Mar 13, 2012 7:42 pm
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Posted: Tue Mar 13, 2012 8:32 pm
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Posted: Tue Mar 13, 2012 9:01 pm
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La joven corrió a como pudo, escondiéndose detrás de algún mueble o columna de vez en cuando para esquivar las ocacionales embestidas. Finalmente se volvió hacia el monstruo, y utilizo su el ataque que le había enseñado la armadura masculina, el 'Tiger Blade.' sin embargo aunque hizo al monstruo detenerse un momento, no lo daño, era demasiado duro como para ser lástimado por eso, entonces corrió más y acumuló algo de energía utilizando el poder del viento, para usar el ataque Sónico, sin embargo tampoco fue efectivo. La joven se estaba comenzando a desesperar, si eso no podía dañarla entonces no sabía que podría "Zero hay que salir...sé que no quieres que moleste..pero morirás si te quedás aquí." decía por que a pesar de todo no podía solo irse y dejarlo morir ahí. Pero el joven parecía demasiado terco con eso de que era su misión. En un momento la araña desapareció, no se le veía por ningun lado, aunque se escuchaban los extraños pasos, la joven miraba alrededor. Sin embargo no aparecía por ningún lado. "Atrás tuyo!" gritó la sacerdotisa mientras intentaba dirigir un ataque a la araña, pero esta nuevamente, pareció desaparecer, y lo único que pudo sentir fue un par de colmillos que le atravesaron el abdomen, por detrás. Cuando la criatura los removió la joven se llevo la mano a la herida, con expresión de estar sorpendida. "...L-luz... d-divina." recitó mientras levantaba la palma de su mano cegando el monstruo el cuál retrocedió chillando, aunque no le había dañado realmente, parecía haberle cegado por unos segundos. Sin embargo inmediatamente después la joven cayó al piso. El monstruo le había llenado el cuerpo de veneno, Noire no estaba y ella no sabía como contrarestarlo, por lo que en un par de segundos fue incapaz de respirar, tomaba largas bocanadas de aire pero no podía, el aire no entraba a sus pulmones, y por dentro le ardía el cuerpo. No faltaría demasiado tiempo para que muriera, y por el dolor y la sensación asfixiante del veneno ni siquiera podía racionalizarlo, por lo que su cuerpo sufrñia de espamos mientras se preparaba para morir..
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Posted: Tue Mar 13, 2012 9:09 pm
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ahora que sabia lo que podía hacer no se sorprendió cuando lo ataco de nuevo este los esquivo con suma facilidad gracias a su entrenamiento, pronto la bestia arremetía contra ellos obligando los a retroceder por la mansion que temblaba y parecia se se fuera a derrumbar en cualquier momento, el mayordomo solo peleaba por el sin siquiera mirar a aerin, el joven ex-mayordomo intenta golpear al arácnido pero las garras de los guantes no le hicieron ningun rasguño.
-entonces era verdad..lo que decían....... no se puede dañar con facilidad.. -
cuando esta lanzo de nuevo sus púas este salta hacia atrás, el ser no le proporcionaba el espacio para poder contra-atacar como lo aria un maestro cuerpo a cuerpo, zero se mantenía con la cabeza fria mientras pensaba que hacer, seguir peliando en clara desventaja o tener la necesidad de abandonar la pelea por el momento y averiguar como detenerlo. en ese momento buscaba al memoire pues a el podria sacarle la informacion mas este ya no estaba. aerin le decía que se marcharan cosa que puso mas terco al ex-mayordomo mas esta le advirtió de la araña cosa que le permitió moverse pero ve como termina siendo mordida y con el veneno en su cuerpo, por un momento el joven lo ignoro y siguio peleando mas habia algo que aun no borraban por completo de zero o mas bien quizas era algo nuevo y era que la chica lo habia ayudado dos veces cosa que le creaba una deuda, ademas lo prudente era marcharse en ese momento y regresar luego sabiendo como matarla y de preferencia sin ella, por lo que se las apaña para ponerse a su lado y cargarla, mas no mostro preocupación alguna mientras comenzaba a huir de ahi.
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Posted: Tue Mar 13, 2012 9:21 pm
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La joven se aferraba a las ropas del muchacho, sin embargo no era por miedo, ni tampoco por algún sentimiento, era un simple reflejo, aunque si hubiera podido pensar en el momento, seguramente sus pensamientos hubieran ido dirigidos a que había fallado, que no había podido cuidar de Argeil, y que iba a morir sin amigos, por que la indiferencia del mayordomo era evidente. Su cuerpo seguía temblando violentamente en los brazos del joven, cada vez empeoraba, hasta que en un punto los temblores fueron cesando lentamente, sus ojos se llenaron de lágrimas, pero igualmente era solo un reflejo por tenerlos tanto abiertos. Mientras los temblores se detenían así lo hacía su corazón. Y sus ojos perdían el brillo que tenían, quedando vacíos, mientras su rostro parecía relajarse y terminar con una expresión serena, pero totalmente carente de vida. Una vez su cuerpo dejo de moverse su corazón se detuvo, se soltó de los ropajes de ex-mayorodomo y murió en los brazos del que aquel desconocido que alguna vez fue su amigo.
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Posted: Tue Mar 13, 2012 9:33 pm
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Posted: Tue Mar 13, 2012 9:33 pm
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Posted: Tue Mar 13, 2012 10:03 pm
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Conforme su vision se perdia y exhalaba su ultimo aliento, la sacerdotisa cayo en una oscuridad profunda en los mas remoto de su subconciente, escuchaba una voz que le llamaba. "Aerin... querida ven aca, no debes estar tan lejos apenas te estas recobrando" Una voz de antaño que comenzaba a escuchar frecuentemente desde que llego a este mundo dentro del libro. "Pero papi mira como brilla el sol, el dia es maravilloso! no me puedo quedar sin hacer nada" La voz de una pequeña resonaba en la oscuridad antes de iluminarse en un campo de flores en un dia de primavera y de clima exquisito, no era frio, ni caliente y el viento soplaba gentilmente como brisa, podria ver unas pequeñas manos frente a ella las cuales parecian extenderse y colectar flores de diversos aromas, colores y formas, su risa invadia su cuerpo, poco a poco eliminando aquellos efectos del veneno, como si nunca hubiera pasado o si en esos intantes se hubiera desprendido completamente de ellos, solo queria reir y jugar, un espiritu libre que por dentro escondia un don muy especial. "papa se ve muy triste, debe ser por que siempre esta encerrado en el cuarto conmigo, por eso es mejor estar aqui afuera, asi puede sonreir conmigo como lo hace ahora ^^ " los pensamientos de la pequeña comenzaban a resonar en su cabeza mientras poco a poco comenzaba a recordar aquellos tiempos olvidados en el ayer. La pequeña seguia huyendo de aquel caballero, no con miedo, sino buscando que aquel hombre le buscase y se divirtiera junto a ella, pero pronto en un descuido se veria atrapada entre sus brazos los cuales le estrecharon fuertemente mientras ambos reian y ella reclinaba su ramo y sus manos contra la armadura de aquel hombre quien no parecia tener ni el mas minimo rastro de maldad, solo una sombra de preocupacion, pero podia sentir que dentro de el habia tambien un gran alivio. "lo sabia el aire fresco le sento de maravilla, esperen a que las hermanas del convento escuchen esto jeje ^^" comentaba en su mente la pequeña mientras aquel dia pasaba como una estrella fugaz, llena de historias, risas y juegos con aquel hombre a quien le habia tomado un gran aprecio que podria sentirse cada vez que ella le llamaba papa... "Bien Aerin, mañana es el gran dia, por favor te pido que seas muy obediente y te cuides mucho, no queremos que vuelvas a enfermarte, o si?" preguntaba aquel hombre mientras la pequeña negaria con su cabecita alegremente, indicando que no queria enfermarse y abrazando su cuello comenzaba a dormitar un poco en los brazos de aquel hombre mientras cruzaban una puerta, la cual iluminaria con una luz cegadora, llevando a la sacerdotisa nuevamente por el espacio y el tiempo, ya no estaban en el convento, tampoco era una pequeña, sus manos parecian mas acorde a su edad y tamaño actual, ahora estaban en una casa enorme donde temblaban y resonaban las paredes, el sonido indescutible de la batalla, ahi, podria apresiar a aquel hombre nuevamente luchando con valia y corage frente a otra entidad, un joven rubio con una banda de jovenes que destruian aquel hogar y atacaban a los sirvientes y soldados que en ella habitaban e intentaban proteger, era algo confuso, aquel joven rubio parecia pelear por un ideal honesto, sin embargo detras de el habia un poder inhumano, monstruoso en realidad, y en cuestion de segundos aquel poder consumia al chico mientras en un reverso del destino derribaba a aquel hombre a quien habia tomado tanto cariño y apresio, el joven rubio llamado Gabriel esparda tomaria su espada y pronto......
La sacerdotisa despertaria de golpe asustada por aquella vision, tratando de mantener su corazon dentro de su pecho precionandolo con ambas manos, estaba de vuelta en la sala de entrenamiento. "Mira tu bella durmiente, mira com has dejado a mi pupilo?!" decia con un tono de reproche. "El tenia los dones, la habilidad! pero tus descuidos le costaron su mision, ahora el señor de esta abadia no mirara con ojos gratos a mi pupilo, ya estaras contenta hija de Ifrit! que remedio, al parecer no eres lo suficientemente fuerte y ahora tendras que pagar por tu erros... deberas ayudar a mi pupilo a terminar aquella mision para que su honor no caiga en desgracia!" explicaba la estatua mientras le apuntaba con su espada al costado de la sacerdotisa donde estaba otro pergamino que mostraba como transformar su cruz en revolvers o Arcos con flechas, el disparo rafaga (Rapid Fire) capaz de aniquilar las defensas de un oponente estatico. Sin embargo, su pupilo no podia aprender dichas tecnicas pues las instrucciones de aquel hombre Ifrit, decia que las heredaba completamente a su decendiente, segun explicaba la estatua "pero ahora tu las aprenderas y le daras a mi pupilo el secreto para su victoria!" decia con mucho orgullo mientrs comenzaba a jactarse nuevamente de sus cualidades superiores como lider.
Fuera del libro La sacerdotisa no sufriria ningun daño, solo aquel tatuaje arcano se formaria nuevamente donde fue mordida por la vampiresa, como la unica evidencia de que algo sucedia en ella.
De regreso a la caravana, el mecanico tomaria la mano de la medico mientras le miraba con preocupacion. "Que sucede? te encuentras bien?" ambas preguntas un tanto tontas pero necesarias pues desconocia a que se referia la medico, sin embargo no por ello le restaba la preocupacion de su amada, le miro fijamente a los ojos viendo como ella estaba asustada o preocupada por algo, por lo que estrecho su mano entre las suyas mientras la acercaba a su rostro y besaba su mano con gentilesa. "descuida amor, aqui estoy contigo, que debemos hacer?" decia pues queria apoyar a Mia en todo lo que pudiera. ((De una vez aviso, si mueren en memoir, lo unico que muere son las memorias de la persona, las cuales son remplasadas reforzando memorias pasadas y eventualmente reviven, como si fuera un juego para ellos pierdes una vida y vuelves a empezar en donde te habias quedado, pero en fuera del libro no les sucede nada a su cuerpo fuera de los tatuajes))
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Posted: Tue Mar 13, 2012 10:09 pm
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Posted: Tue Mar 13, 2012 10:41 pm
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La joven se levantó tanteando su abdomen, su espalda, su costado. Estaba bien, viva y bien. Pero ¡que aterrador había sido morir! Y no sólo eso aquellos recuerdos... estaba tan confundida ¿Por qué Gabriel habría hecho algo así?A su padre...No había sido la única vez, ¡también había matado a William! Y había dejado morir a Valeria. ¿Cómo había sido tan ciega? Así comenzaba a cultivar un rencor contra Gabriel especialmente. En eso esuchó la estatua, no le había estado poniendo el más mínimo de atención en sus divagaciones. "¿Eh?" sin embargo escucó la última parte "A...¿Zero?" se estremeció por que ahora recordaba la indiferencia del ex- mayordomo ante su muerte. Sin embargo enseguida lo reprimió sin darle importancia, la dejó morir, pero era lo que tenía que hacer. Ambos eran inquisidores, no amigos ni nada similar. Ella también quería matar al monstruo arácnido, después de todo era como una especie de venganza, y esta vez no fallaría. "Aprenderé lo que sea que hayas dicho, y se la enseñaré a ese sujeto, ahora dime que debo hacer para aprenderla." dijo mientras veía la estuatua de forma serena, aunque aún tenía aquel mar de preguntas, y quizás aquel amargo sabor que dejaba el miedo a dejar de existir.
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