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Posted: Fri Apr 03, 2009 11:26 pm
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Sir Godofredo no sabía que los demás no podían ver la estructura, así que simplemente ingresó al recinto, seguro de que no había nada que temer ahí. El lugar daba la impresión de tener miles de años de antigüedad: losas de mármol blanco, ya desgastadas y teñidas por su exposición a la interperie, yacían a sus pies, y de entre las grietas aquí y allá brotaban hojas de pasto y alguna que otra flor. Todo se hallaba en completo silencio, y la niebla aquí era algo más densa, pero la luz del sol podía verse claramente en lo alto.
Repentinamente, el anciano vió algo moverse entre la niebla. Lo siguió, pero lo que hubiera sido se perdió en la distancia. Aun así continuó su camino, hasta llegar a una pared en la que se veía aun un mural hecho a base de dimminutos mosaicos. "¡Pero si está hecho de gemas!" exclamó sorprendido al ver las piedras que lo conformaban. En efecto, el mural representaba un paisaje, o más bien, un mapa, en que las montañas estaban dibujadas con rubíes, la vegetación con esmeraldas, y el mar con safiros. El anciano, a quien el dinero no le importaba ya, ni siquiera pensó en tocar las gemas, pero al ver lo que estaba representado en la imagen tuvo una sensación muy extraña, como de saber repentinamente todo acerca del asunto.
"¡Ya comprendo!" dijo en voz alta, como si estuviera conversando con alguien, sólo que no parecía haber nadie más con él. "Sí, así es, le diré a los demás, ¡por supuesto!"
Sir Godofredo se dio media vuelta y rápidamente retornó con sus acompañantes, quienes estaban todavía esperándole a la orilla del lago. Para ellos, el anciano caminaba sobre el agua, aunque Lenn notó que más bien caminaba a unos cuantos centímetros sobre esta.
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Posted: Tue Apr 07, 2009 8:38 pm
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Posted: Tue Apr 07, 2009 8:53 pm
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Posted: Wed Apr 15, 2009 1:31 am
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(He vuelto de mis vacaciones de Semana Santa. Espero que no se te haya hecho muy larga la espera!)
Sir Godofredo escuchó a las lágrimas, luego a Lenn, Alein y al Silverino. Cuidando muy bien de no abrir la boca hasta no estar seguro de su respuesta, se sentó en el suelo invisible del puente a meditar sobre cuál debería ser su respuesta. Nuevamente, desde su interior una voz que el anciano no escuchaba sino que más bien intuía le susurró una idea, o más bien, la sombra de una idea. El anciano se levantó y, de frente a la pared de rocío, lentamente recitó:
Largos años y siglos ha visto el mundo cómo la magia muere y el mal se fortalece, cómo la inocencia se pierde a cada segundo y con ella el camino del bien se desvanece.
Guerras y muerte, terror y odio, los hijos de la vida caen en las sombras y una a una las almas lloran sin consuelo alguno que les de reposo.
Así este bosque de la Era de Plata que los Dioses crearan antes que al hombre, muere un poco cada día, como la llama, al declinar el espíritu de todo lo noble.
Pero aunque pocos son, ¡oh almas en pena!, los nobles de corazón aún perviven y en los diarios sacrificios de la gente buena el espíritu del mundo se renueva.
Y así como la noche sigue siempre al día, también el día sigue luego de la noche, y así el bien ha de triunfar, como la vida, y traerá con él la paz a este bosque.
La esperanza es como la joven bellota que cae en la tierra y permanece oculta, pero aunque tarde largo tiempo al final brota y llega a ser un árbol fuerte y de gran altura.
Así pues tened fé, almas afligidas que por tanto tiempo habéis aquí sufrido, del dolor, cuando se agota, surge la dicha, y la Vida no abandona nunca a sus hijos.
Y por la sangre que corre por mis venas que es el mismo aliento que a todo anima, seguiré luchando con todas mis fuerzas por la nobleza, el bien y la justicia.
Este voto hago ante vosotros: ¡Porque somos Uno, os ofrezco mi vida!
Luego de estas sentidas palabras, surgidas desde lo profundo de su ser, el anciano guardó silencio y quedó a la espera.
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Posted: Wed Apr 15, 2009 6:27 am
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Posted: Wed Apr 15, 2009 7:30 am
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Posted: Wed Apr 15, 2009 7:44 am
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Posted: Thu Apr 16, 2009 1:18 am
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El anciano tuvo la impresión de que no era una voz uniforme la que hablaba, pues en algunos versos se asomaban sentimientos que en otros quedaban oscurecidos. Algunas de las almas parecían ecépticas, y otras, como niños, parecían listas para ver nueva luz. Escuchando su Voz interna, Sir Godofredo continuó con los siguientes versos:
De hablar de lo perdido ciertamente me atrevo porque para mí la pérdida ha sido grande: mi patria, mi gente, mis hijos, mi historia, un sin fín de cosas se ha llevado el viento.
Largos años he vivido en el exilio y el olvido en tierras extrañas y rodeado de penuria, enfrentando cada día como un nuevo desafío tratando de aportar siempre alguna ayuda.
Y ciertamente os digo, no sin dolor al saberlo, que el débil siempre será débil y el fuerte, fuerte, porque quien débil se cree fuerte no podrá serlo hasta no hallar el poder en lo profundo de su pecho.
La fuerza de un terremoto o de una estampida no se compara con la de un corazón firme, la primera destruye, pero es pasajera, mas la segunda solo alivia, sostiene y da vida.
La fe mencionáis, pues la habéis perdido ha tiempo, mas yo os digo que la fe es vana compañera: os hace soñar eternamente en un futuro incierto y os previene de afrontar vuestras pruebas.
Esperanza sí, por lo que el Tiempo mismo muestra: que las heridas del cuerpo matan o se curan, pero las del corazón ningún portento libera hasta que el propio pecho de su dolor abjura.
¡Mientras el dolor y el odio vivan en vosotros no tendréis paz en este mundo o en el otro!
Nuevamente, el anciano hizo silencio en espera de la respuesta.
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Posted: Thu Apr 16, 2009 8:42 am
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Posted: Thu Apr 16, 2009 8:47 am
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Posted: Fri Apr 17, 2009 1:34 am
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Posted: Fri Apr 17, 2009 1:57 am
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Las aguas se agitaron violentamente, y la puerta de rocío se cerró con el anciano todavía al otro lado. La niebla, casi desvanecida, repentinamente se tornó espesa, un viento gélido soplando caóticamente en todas direcciones. Antes que ninguno pudiese hacer nada, el invisible puente sobre las aguas se desvaneció y seguidamente vieron impotentes cómo Sir Godofredo se hundía como una roca hasta desaparecer por completo. Entonces el lago cantó nuevamente, y su voz era terrible de escuchar:
¡Así que deseáis evadir vuestra prueba! Quien teme a ser juzgado algo oculta, sabíamos que no erais dignos de confianza: ¡Su muerte es enteramente vuestra culpa!
Demostráis que los nobles son pocos ciertamente justo como el anciano dijera en su defenza, con nosotras quedará por siempre su alma y por vosotros hará gran penitencia.
Marcháos ya de este bosque y estas tierras mirad que el camino se abre a vuestro paso, marcháos ya que se avecina la tormenta, ¡si no lo haceis morireis como el anciano!
Y efectivamente, la niebla se apartó dejando libre el camino tras ellos, mientras que una gran oscuridad y el sonido de relámpagos se aproximaba con rapidez desde la dirección contraria. ¡Debían huír de inmediato!
((¿Conque querías una prueba rápida? ¡Héla aquí! je je...))
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Posted: Sun Apr 19, 2009 8:13 pm
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Lenn, el Operio, Nielsen y el Silverino quedaron como con un palmo de narices al ver desaparecer a Sir Godofredo. El viento aullaba amenazante los truenos estallaban ya sobre sus cabezas.
"¡Maldición!" gritó el Operio sin poder contener su rabia. Dejar pasar semejante suceso era algo impensable para él, pero no sabía si sería correcto hacer que los demás se quedaran ahí, a merced de la espantosa tormenta, que ya los empezaba a empujar con fiereza a lo profundo del bosque.
Lenn sentía como si hubiera perdido parte de su vida. El egoísmo del lago le resultaba inconcebible y le habría gustado destruirlo. Sin embargo, no se atrevía a tomar semejante represalia por el hecho que Sir Godofredo se encontraba sumergido ahí...
El Silverino se repuso de su pasmo y reflexionó. El lago había sido demasiado abrupto en su cambio de parecer: de la conmoción causada por las nobles palabras del anciano Godofredo, pasó a una rabia irracional. Y eso por pedir de favor una prueba simple... Una prueba simple... "No hay pruebas simples" pensó avergonzado.
Miró a su alrededor a todos los que lo habían llevado a tan grande aventura: inmóviles, sufrían más por la indecisión que por la tormenta misma. Por fin, el Silverino habló: "Mis estimados humanos, he caído en un terrible error al pedir una prueba simple, cuando el Lago - y el Bosque mismo - ponderan la valía de cada quién en base a los sentimientos y el esfuerzo con que ingresa el visitante.
Este error, espero, será posible redimirlo de alguna manera. La pregunta es cómo hacerlo... mucho me temo que os dejo el deber de seguir vuestro instinto."
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Posted: Sun Apr 19, 2009 8:28 pm
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Al escuchar al Silverino, Lenn y los demás se miraron por unos instantes. Alein no tuvo ninguna dificultad en leer en la mirada de los demás que todos compartían la misma idea.
Todos se acercaron a la orilla del lago, que se veía cada vez más amenazador - como un pozo oscuro que abre sus fauces. El Caballero apretó al Silverino contra su pecho; Alein tomó suavemente la mano de Lenn y todos, a la una, se lanzaron a las profundidades de ese estanque furioso.
Lenn apretó la mano de Alein al sentir que caía vertiginosamente sin detenerse. De repente tuvo la sensación que su mano había dejado de asirse a la del Operio y, cuando se volvió a ver, ¡no había nadie a su alrededor!
O más bien: lo que la rodeaba era un universo de pequeñas gotas, como el rocío que había visto formarse a la orilla del lago. Giró en redondo sin lograr avistar más que gotas... "¡Aleín!" gritó desesperada, escuchando su eco perderse entre el rocío. "¡Lenn!"... Su nombre resonó por todo el espacio sin que ella pudiera ubicar la procedencia exacta de la voz.
Otra voz familiar se dejó escuchar: "En este mundo dejais de ser lo que erais afuera: ahora sois como lágrimas. Pero como no perteneceis aquí, debéis ser capaces de reconoceros por el más mínimo detalle, que es el único que os diferencia del resto que os circundan. Reconoceos, apoyaos y salid de aquí... si podeis. Si no, sereis nuestros prisioneros hasta el final de los tiempos".
((Eso: medio insinúo una prueba sencillita y me hundes al anciano... ¡qué humor más negro!))
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Posted: Wed Apr 22, 2009 1:43 am
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((Ja ja ja ja ja! No tienes idea de cuánto me he divertido por tan pequeño desliz tuyo! blaugh Pero así aprovechamos para una situación interesante...))
El anciano apenas si tuvo medio instante para reaccionar, pero cuando fue a gritar de asombro ya su cuerpo había desaparecido bajo el lago de lágrimas. Tan pronto como esto acaeció toda percepción de sus sentidos pareció desvanecerse hasta dejar únicamente una sensación extraña, como de no ser ya un individuo con pasado, sueños y deberes, sino más bien como cuando era un niño muy pequeño en los regazos de su madre. Nada en aquella inmensidad cósmica de vida refulgente e indiscernible una de otra le hacía sospechar ni por un instante que sus amigos corrían un gran peligro.
"No temáis noble señor" se descubrió hablando a sí mismo, ¿o era la voz del lago ahora unida a la suya?, "vuestra prueba está superada. Ahora debéis esperar por los otros... si es que tienen éxito en la suya. Y puesto que lo habéis pedido, se os concede, aunque no por ello será más fácil."
A diferencia de los otros, Sir Godofredo se sentía en completa paz, flotando sin necesidad de aire, soñando sin necesidad de dormir, dejándose sanar por la suave vitalidad de aquél líquido amniótico.
Poco después los sintió. Lenn y los otros estaban allí, con él, con todos los que alguna vez habían pasado por el lago. Pero sus almas estaban sufriendo: tenían temor. Trató de hablarles, de hacerles saber que todo estaría bien, pero el lago ahogó sus palabras. La prueba era de ellos, y él no podría intervenir.
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