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Lector... |
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Total Votes : 7 |
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Posted: Sun Jun 22, 2008 7:44 pm
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Posted: Sun Jun 22, 2008 7:45 pm
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R1. EL BAILE
Hoy presencié algo que me conmovió mucho. En una sala de baile, tres parejas sacaron a relucir, no sus dotes de bailarines, sino el mundo que ellos habían formado para sí mismos. Fué algo increíble: sus miradas entrelazadas hacían que existieran en una dimensión paralela a la nuestra... tan lejos, tan ajena. De manera que yo era simple espectadora de su momento.
Una pareja, la recientemente unida, tenía un mundo lleno de esperanza y temor. El temor se veía sujeto por la fe que el uno en el otro tenía. Se miraban (¡qué mirada!), y aquello era embriagante, aún para ellos mismos. Tanto así que, sin poder evitarlo, terminaron en un beso.
Otra pareja, un poco más apartada, se canturreaba suavemente la letra de la canción. Como si cada palabra tuviera un significado que sólo ellos comprendían. Era algo tan íntimo que aún estando yo ahí, observando, era como si no existiera en el universo.
La tercera pareja danzaba cerca de mí. No decían nada: las palabras se habían congelado en una sonrisa. Sus miradas abarcaban el pasado, cuando se habían conocido; el presente, que gozaban juntos al máximo; y el futuro, que deseaban tanto como el uno al otro.
Como dije, ese era su momento... único. Y en cada pareja, sólo se existía el uno para el otro.
Yo ahí, sentada, no pude menos que sentir envidia. Envidia porque añoré la calidez de la compañía de alguien sólo para mí. Quise tener a un tiempo esa mirada, ese pasado, ese presente, ese futuro.
Me sentí sola, y me odié por eso...
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Posted: Sun Jun 22, 2008 8:47 pm
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Posted: Mon Jun 23, 2008 7:36 am
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Posted: Mon Jun 23, 2008 3:32 pm
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R2. LA ESPERA
Hoy salí a caminar.
Fue más como un escape de mí misma, de mis pensamientos y, quién sabe, tal vez del centro de mi mundo. Sucedieron dos cosas que llamaron mi atención: en un punto de la caminata, encontré a una persona que me resultó familiar. La saludé y ella aprovechó para comentarme que esperaba a alguien. Tenía ya un buen rato de estar ahí, sola, y le causaba malestar el que la dejaran así. Tras escucharla unos minutos, le deseé un menor tiempo de espera y me despedí.
Dí vueltas en esa área, y me dí cuenta que esa persona seguía esperando. Me habría gustado decirle que ella no era la única interesada en ese encuentro, y que la ausencia prolongada de la otra le daba el derecho de disponer ya de su propio tiempo.
Al cabo, noté que ya no estaba sola. Y surgió la pregunta: "¿Habrá valido la pena?" La respuesta fue automática: "Sí, si optó por esperar tanto". Con todo, no lo asimilé.
Al regresar, la interrogante rondaba disfrazada en mi mente. Reaccioné cuando me desvié del camino hacia mi destino, para comprar unas cosas con qué alimentar el centro. Caí en cuenta que por ese centro era capaz de esperar, de hacer y deshacer, de desviarme del camino...
Me sentí traicionada por mí misma... ¡pensaba aconsejar a alguien sin ser yo seguidora del consejo! Entre la risa y la contrariedad consideré que lo justo - para mí - era seguir ese consejo: asumir desinterés y marcharme.
El solo pensamiento fue doloroso. Y me quedó otra pregunta: ¿es posible olvidar lo mucho que se ha querido algo?
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Posted: Tue Jun 24, 2008 1:17 pm
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Posted: Tue Jun 24, 2008 1:26 pm
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Posted: Tue Jun 24, 2008 6:56 pm
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Posted: Wed Jun 25, 2008 12:16 am
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Posted: Wed Jun 25, 2008 7:52 pm
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Posted: Thu Jun 26, 2008 10:56 pm
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Posted: Fri Jun 27, 2008 7:47 am
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Posted: Fri Jun 27, 2008 1:08 pm
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Posted: Fri Jun 27, 2008 3:24 pm
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Posted: Fri Jun 27, 2008 7:30 pm
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